Estopa a través de los ojos de Joan Manuel Serrat
Sres. David y José Muñoz
Componentes del grupo musical Estopa
Mis muy queridos lobos estoparios:
No se porqué os escribo en plural. Tal como sois el uno con el otro y ambos con el mundo, podría hacerlo perfectamente en singular. Sois el único caso conocido de hermanos siameses nacidos en fechas distintas.
Me empuja a escribiros, queridos estopas, un sueño. Soñé con vosotros. Ibais vestidos de etiqueta, con smoking, zapatos de charol, pajarita y cuello duro, como un par de James Bond barbados y armados con sus guitarras. Sin embargo transmitíais una gran placidez. Como mi madre cuando sueño con ella.
Que diferente a la desazón con que me desperté aquella vez que soñé con Mariano Rajoy suplantando a Manolo el del bombo, con su sonrisa beatífica, inquietante, mirándome fijamente con ojos estrábicos,
Dice Freud que los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos. Tal vez de mayor me gustaría ser James Bond o Estopa, pero, diga lo que diga Freud, en ningún caso en lo mas profundo de mi subconsciente late el deseo inalcanzable de convertirme en Rajoy o Manolo el del bombo.
En cualquier caso, como expertos que sois en apariciones en sueños, al tiempo que amigos, quería compartir con vosotros la experiencia y de paso agradeceros el detalle de poner en mis manos vuestro último trabajo antes de que echase a volar, cuando aún sacaba humo por los surcos. Una primicia que ya es de todos y que a fuerza de escucharlo, me tiene a punto de caramelo para subirme con vosotros, si me queréis, al escenario.
Me pido “Donde va mi alma” y si no hay lugar para estrellas invitadas al borde de la extinción no importa. Casi mejor. Me quedo abajo con vasca, agitando la mediana y meneado las curvaturas del círculo:
Y en este lado reina la calma
Yo siempre voy donde va mi alma
Como tantas cosas de la vida fueron los hijos los que os trajeron a casa sin permiso cuando se os aparecía en sueños el Jeros, el del medio de los Chichos y desde entonces no he dejado de compartir con vosotros canciones, escenarios, cervezas y risas, tantas como para decir que somos colegas muy colegas. Confieso que presumo de vosotros. Sois un orgullo para el oficio y la amistad.
Hijos de Cornellá y Extremadura, me gustan vuestros principios, (en este caso podríamos decir prin-chichos): la rumba, el rock and roll, una “sólida intuición” y el juego limpio aderezados a la mode de rumberos payos de un cinturón que no hace mucho fue rojo.
Son ya quince años que Estopa cabalga los caminos de la música de la mano de éxito y no habéis perdido la espontaneidad y la capacidad de asombro.
Trasparentes, sencillos, alegres, viviendo con lo puesto, ahora nos lleváis rumbo y rumba a lo desconocido, aunque entre nosotros a mi no me la pegáis. Sabéis perfectamente donde va el camino.
A medida que los cortes avanzan se afirma la rumbita. La de siempre. La de la terraza del bareto del barrio donde las estrellas bailan en el cielo y espuman la boca, donde la guitarra se pone melosa, la luna mueve el culo entre ropa tendida y los gatos dan palmas en los tejados.
No todo vale pero hay que caminar por todo para dar con algo.
Se os quiere.
Joan Manuel Serrat
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